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El día que todo pudo cambiar
Día 3: Me despierto a eso de las 4 de la mañana dentro del coche. Hace un frío del demonio y el sol ya ha hecho acto de presencia. Menos mal que uno viene preparado, así que cojo la manta, el antifaz para dormir y me echo otra cabezadita hasta las 7:30. Es hora de…